Автор работы: Пользователь скрыл имя, 11 Марта 2013 в 12:19, реферат
El desempleo es uno de los problemas que en la crisis actual más preocupación genera entre los españoles. La pérdida del trabajo, las dificultades para acceder a un nuevo contrato por parte de quienes pierden su vinculación laboral se ha convertido en una de las grandes tareas de gobierno.
El paro en España sigue subiendo y cierra 2012 rozando la barrera de los seis millones de parados, en concreto 5.965.400, el sexto récord consecutivo, según los datos publicados de la Encuesta de Población Activa, que refleja una tasa de desempleados superior al 26% por primera vez. Siete provincias (Cádiz, Huelva, Córdoba, Málaga, Almería, Badajoz y Las Palmas) superan ya el 30% de desempleo, 11 más se encuentran entre el 25% y el 30% y solo 9 de las 50 están por debajo del 15%. Ninguna provincia española se encuentra por debajo del desempleo medio en la UE, el 9,8% en noviembre de 2012.
El desempleo es uno de los problemas que en la crisis actual más preocupación genera entre los españoles. La pérdida del trabajo, las dificultades para acceder a un nuevo contrato por parte de quienes pierden su vinculación laboral se ha convertido en una de las grandes tareas de gobierno.
El paro en España sigue subiendo y cierra 2012 rozando la barrera de los seis millones de parados, en concreto 5.965.400, el sexto récord consecutivo, según los datos publicados de la Encuesta de Población Activa, que refleja una tasa de desempleados superior al 26% por primera vez. Siete provincias (Cádiz, Huelva, Córdoba, Málaga, Almería, Badajoz y Las Palmas) superan ya el 30% de desempleo, 11 más se encuentran entre el 25% y el 30% y solo 9 de las 50 están por debajo del 15%. Ninguna provincia española se encuentra por debajo del desempleo medio en la UE, el 9,8% en noviembre de 2012.
España es el país donde con más aumento del paro durante la crisis. Su tasa de paro se incrementó un enorme 15,6%; le siguen los sospechosos habituales: Grecia (13,8%), Estonia (12,2%), Irlanda (9,8%) y Portugal (7,4%). El caso de Estonia difiere porque sufrió un repunte bestial en 2010, pero después se ha recuperado —es un caso a analizar. Muchos países Europeos han pasado la crisis sin que apenas suba su tasa de paro. Es el caso de Turquía, Bélgica, Austria, Noruega, Suiza o Alemania (donde el paro incluso ha bajado).
Si España hubo sido un país sin desempleo en 2007 solo con el efecto de la crisis sería el segundo país con más paro de toda la OECD. El aumento del paro en España durante la crisis fue un 15,6%, una tasa de paro que superaría la de de todos los países de la OECD, excepto Grecia (21,5%).
Entre octubre y diciembre, el número de desempleados aumentó en 87.300 personas respecto al trimestre anterior. De esta forma, el año 2012 sumó 691.800 nuevos parados y la tasa ha pasado del 22,85% al 26,02%, lo que supone un aumento en más de tres puntos en los últimos 12 meses.
También marcó un nuevo récord la cifra de hogares con todos sus miembros en paro, que subió en 2012 hasta situarse en 1.833.700, con un incremento de 258.700 respecto a 2011.
De los nuevos desempleados de 2012, 46.100 son jóvenes: más de la mitad de los menores de 25 años que quiere trabajar no puede. En 2012, la tasa de paro juvenil creció más de seis puntos hasta situarse en el 55,13%, 930.200 personas. Del total, la mayoría (737.500) se concentra en la franja de 20 a 24 años, al tiempo que en el grupo de 16 a 19 años, los parados suman 192.700.
Durante el pasado año, el desempleo subió más entre las mujeres que entre los hombres. El paro femenino creció en 357.400 personas en los últimos 12 meses y el masculino lo hizo en 334.300. De esta forma, la tasa de paro masculina se situó en el 25,58% y la femenina en el 26,55%.
En 2012, el desempleo aumentó en todos los sectores, salvo en la construcción, donde bajó en 64.800 personas. El número de parados en el sector servicios se incrementó en 135.200 personas y en el de la agricultura, en 57.600. Por su parte, la industria elevó en 2012 su cifra de parados en 47.900 personas; y el colectivo sin empleo anterior, en 45.000 personas.
Los parados que han perdido su empleo hace más de un año -el colectivo de parados de larga duración- han aumentado en 470.700 personas y son el 46,7% del total de desempleados.
La EPA del cuarto trimestre de 2012 pone de manifiesto, además, que en los tres últimos meses del año pasado se destruyeron 363.300 empleos, lo que deja el número de personas ocupadas en 16.957.100 personas. El ajuste en la ocupación en el último trimestre del año pasado fue mucho más importante en el sector privado (288.700) que en el público (74.500).
La destrucción de empleo fue más intensa en los últimos 12 meses en el sector público, que descendió en un 6,98%, y en el que trabajan menos de tres millones de personas (2.917.200). Mientras, el empleo privado cayó en un 4,3%, y supera por poco los 14 millones (14.039.900).
Descienden el número de ocupados y se hunde la población activa, que cae por debajo de los 23 millones de personas. Al terminar 2012, las personas que estaban en edad de trabajar se redujo en casi 160.000 personas respecto a 2011. El año 2012 cierra con la menor tasa de actividad entre los jóvenes desde que se empiezan a recopilar estos datos.
La caída en la población activa en 176.000 personas en el último trimestre es una de las razones que ha evitado que la cifra de parados superase los seis millones.
De esta forma, 2012 se convierte en el sexto año consecutivo en el que se incrementa el número de desempleados. En 2007, el paro se incrementó en 117.000 personas; en 2008 subió en 1.280.300 desempleados, la cifra más alta del periodo; en 2009 el incremento fue de 1.118.600 personas; en 2010 la subida registrada fue de 370.100 personas,.
En los dos últimos años, el número de desempleados ha crecido en más de medio millón de personas. En 2011, el incremento fue de 577.000 desempleados. El aumento de 2012 (691.800) es el tercero más elevado en los últimos seis años.
Ademas el empleo a tiempo completo ha alcanzado su menor cota desde que se contabiliza por separado, y en el cuarto trimestre de 2012 había 14.358.400 trabajadores con esa jornada. Esto supone que,desde finales de 2011, el número de ocupados empleados a tiempo completo ha bajado en casi un millón.
Esa disminución se compensó solo en una pequeña parte por el aumento del empleo a tiempo parcial, una jornada con la que trabajaban 2,59 millones de trabajadores al final del año pasado, muy cerca del máximo histórico marcado en el segundo trimestre (2,6 millones).
Según la última Encuesta de Población Activa de 2012, en el cuarto trimester de ese año, hubo 473.400 trabajadores menos con un contrato a tiempo completo que en el trimestre anterior.
De los 14,35 millones de empleos a jornada completa, algo más de un tercio estaban ocupados por mujeres. De esa cantidad, casi cuatro millones (3,98 millones) eran contratos indefinidos, 90.000 menos de los que había en el trimestre precedente. Ese número de mujeres que trabajan a tiempo completo con contrato indefinido es el más bajo desde el segundo trimestre de 2007.
Al tiempo, ha crecido hasta una cantidad desconocida hasta ahora el de mujeres con contrato indefinido para una jornada a tiempo parcial, el 84,3% de los empleos con esta combinación.
Además, según los datos de la EPA, el 70% de los 968.800 trabajos temporales a tiempo parcial también estaban ocupados por mujeres en el último trimestre del año pasado.
Estos datos demuestran cómo el fomento del trabajo a tiempo parcial - uno de los objetivos de la reforma laboral corriente - se ha enfocado especialmente hacia las mujeres, tanto en los contratos indefinidos como en los temporales (677.200 trabajadoras tenían este último contrato en el cuarto trimestre de 2012).
Esta circunstancia ha provocado el mayor número de subempleados desde 1987, cuando se introdujo este concepto en las series del Instituto Nacional de Estadística. Según el organismo estadístico, se considera subempleados a las personas ocupadas que trabajan menos de la jornada completa, lo hacen de forma involuntaria y desean un trabajo adicional.
En el último trimestre del año pasado, el número de ocupados subempleados alcanzó los 2,4 millones, lo que supone que -desde 2008- esa cifra ha crecido en más de 800.000 personas.
Más de la mitad de esos subempleados son mujeres (1,33 millones). En el último año, ese número se ha incrementado de forma más acelerada que entre los ocupados hombres: ha subido en 146.300 mujeres, mientras que los hombres subempleados ha crecido en 22.700 y ha registrado fluctuaciones durante el año, en lugar del continuado ascenso que se aprecia en las cifras femeninas.
Por otra parte, la última EPA constata que sigue la reducción del empleo temporal iniciada a partir del pico marcado en el tercer trimestre de 2006 (cuando hubo 5,66 millones de empleos temporales).
En concreto, entre el tercer y el cuarto trimestre del año pasado, se redujeron 216.000 empleos temporales. Así, 3,205 millones de trabajadores eran temporales, un 23,02% del total de ocupados, más de un punto por debajo de la del trimestre anterior.
La caída en los empleos indefinidos fue menor (- 91.100), lo que deja en 10,7 millones los asalariados con este tipo de contrato.
En total, el número de asalariados se redujo en el último trimestre de 2012 en 307.700 personas. En el conjunto del año, se destruyeron 903.700 empleos por cuenta ajena, con lo que a finales de 2012 había menos de 14 millones de asalariados (13,92 millones).
Según las series históricas del INE, ese es el nivel más bajo desde comienzos de 2003, cuando había 13.763.800 trabajadores por cuenta ajena. El dato comparativo es más significativo si se tiene en cuenta que, hace diez años, la población activa era de 19.223.100 trabajadores y ahora esa base es de 22,9 millones.
Esta variación en el número de asalariados registrada en 2012 ha tenido su contrapartida en un relativo aumento de los trabajadores autónomos: hubo 53.300 más que un año antes.
Así, el número de trabajadores por cuenta propia se mantienen por encima de los tres millones a pesar de que, entre el tercer y el cuarto trimestre, se produjo un bache y hubo una pérdida de 55.400 trabajadores en ese capítulo.
El desempleo juvenil constituye una de las principales disfunciones del mercado de trabajo en España, con implicaciones directas sobre la situación económica presente y futura de los jóvenes parados y su entorno e indirectas sobre el conjunto de la economía. Si bien la crisis actual lo ha puesto de manifiesto, el problema ha persistido durante las últimas décadas. Así, la tasa de desempleo de los menores activos de 25 años ha duplicado la de los de 25 y más años durante las últimas cuatro décadas. En 2010, la tasa de paro juvenil alcanzó el 41,6%, 2,3 veces superior a la de la población de 25 y más años. Adicionalmente, el desempleo juvenil no solo es elevado en perspectiva histórica, sino también en perspectiva comparada. Durante los últimos 20 años, la tasa de paro de los menores de 25 años en España ha multiplicado por 1,5 la de la UE y por 3,1 la de Alemania. Con todo, la relación entre la tasa de desempleo juvenil y la de los mayores de 25 años se encuentra en línea con el promedio de la UE (véase el Gráfico 2), lo que sugiere que las dificultades de inserción laboral de los jóvenes españoles en comparación con las de los de 25 y más años son similares a las de los jóvenes europeos, si bien sus causas difieren, como veremos a continuación.
Las condiciones laborales de la población, en general, y de los jóvenes, en particular, dependen de la eficacia del sistema educativo. En un contexto de exceso de oferta de trabajo y de crecientes requerimientos formativos por parte de las empresas, la probabilidad de que un joven acceda a un empleo estable y adecuadamente remunerado depende, entre otros aspectos, de la cantidad y calidad de la educación recibida. Pero la relación entre el sistema educativo y el mercado laboral es bidireccional.
Empleo juvenil en España, por grupo de edad y sectores. 2008 y 2012
Fuente: EPA
Por tanto, las causas del desempleo juvenil en España hay que buscarlas en deficiencias tanto del sistema educativo como del mercado de trabajo. Entre las primeras destacan la magnitud del abandono escolar temprano y la polarización de la educación. Entre las segundas sobresalen la segmentación del mercado laboral y la ineficacia de las políticas activas de empleo. Con todo, el deterioro de la participación laboral de los jóvenes por un efecto desánimo, mayor que el registrado en el conjunto de la UE, ha acotado el crecimiento del paro.
Los problemas de inserción laboral y de empleabilidad de los jóvenes no solo dependen de la educación recibida a lo largo de su etapa formativa, sino también de las instituciones del mercado de trabajo. Entre ellas, la contratación temporal juega un papel relevante.
Desde un punto de vista normativo, las empresas optan por contratar temporalmente a un joven sin experiencia laboral si la dificultad de conocer ex ante su productividad es elevada.
Tasas de desempleo juvenil en la UE-27 y España, por grupos de edad. 2000-2012 (%)
Los datos de Eurostat
Del mismo modo, un individuo que decida participar en el mercado laboral podría elegir un contrato temporal si lo considera la opción más eficaz para la obtención de un empleo estable.
Sin embargo, los datos indican que tan solo un 12,4% de los temporales menores de 25 años en España han optado voluntariamente por un contrato de duración determinada (frente a un 14,4% en Europa).
Adicionalmente, la evidencia empírica internacional muestra que el trabajo
temporal puede suponer una trampa para ciertos colectivos de jóvenes que los perpetúe en un círculo vicioso de temporalidad-desempleo-escasas oportunidades de formación.
El desempleo juvenil en España es un fenómeno persistente que se ha agravado durante la crisis actual, alcanzando una magnitud tal que la toma de medidas para atenuarlo no puede ser pospuesta por más tiempo. La evidencia presentada en este documento indica que existen deficiencias del sistema educativo y del mercado de trabajo que explican la relevancia, comparativamente elevada, del desempleo juvenil en España. Entre las primeras destacan el abandono escolar temprano y el desajuste entre la oferta y la demanda de trabajo por nivel educativo, que dificultan la transición al empleo de los jóvenes y repercuten de forma negativa sobre su carrera laboral. Entre las segundas sobresalen la elevada segmentación y la escasa efectividad de las políticas activas de empleo. Para atenuar el problema se debe actuar conjuntamente en los ámbitos educativo y laboral mediante la adopción de reformas.
El excepcional aumento del desempleo en Espana es consecuencia de la coincidencia de la crisis mundial y del agotamiento de un modelo de crecimiento desequilibrado.
El desafio consiste, pues, en llevar a cabo una transformacion estructural del modelo de crecimiento, al tiempo que se afronta la deteriorada situacion respecto del empleo.
Existen ya indicios de una transformacion positiva en marcha y esta transformacion puede acelerarse con una estrategia de politicas coherentes, la misma que incluye una serie de medidas adoptadas recientemente.
Estos positivos acontecimientos recientes no bastaran para garantizar una transicion satisfactoria. El Gobierno y los interlocutores sociales han dado grandes pasos en los ultimos dos anos para facilitar la transformacion estructural de la economia espanola:
Ley de Economia Sostenible: Esta Ley, que entro en vigor en marzo de 2011, proporciona una estrategia para un nuevo modelo de crecimiento basado en la innovacion, la tecnologia, la internacionalizacion de las empresas, la competencia en el mercado de productos y una mayor eficacia de las administraciones publicas con el fin de hacer posible la sostenibilidad economica, social y medioambiental.
Reformas del mercado de trabajo: En el curso de 2010 y 2011 se emprendieron una serie de reformas del mercado de trabajo con el fin de promover la creacion de empleo facilitando al mismo tiempo la transicion a un nuevo modelo de crecimiento. Las reformas: afrontan las tasas excesivamente elevadas de trabajo temporal mediante ajustes de los procedimientos de despido y modificaciones de las normas que rigen los contratos temporales; promueven la flexibilidad interna (ajustes salariales y de las horas de trabajo) en lugar de la flexibilidad externa (despidos, especialmente de los trabajadores con contratos temporales); incrementan los subsidios financieros para las empresas que contratan a jovenes, a las personas menos cualificadas, a mujeres y a desempleados de larga duracion, y facilitan la mediacion en el mercado de trabajo y la prestacion de servicios de empleo.
Reforma de las pensiones: La reforma de las pensiones que tuvo lugar en 2010–2011 en Espana es particularmente digna de destacar, pone de relieve la importancia de la negociacion colectiva y del dialogo social con empleadores y sindicatos. Ademas, con la reforma de las pensiones tambien se exige una revision de los parametros cada cinco anos.
Flexibilidad interna y negociacion colectiva. Las principales caracteristicas de la normativa son: una ampliacion del alcance de las clausulas de exclusion voluntaria para empresas que hagan frente a dificultades financieras y economicas; disposiciones para fomentar las negociaciones a nivel empresarial, en particular sobre las horas de trabajo y los salarios; posibilidad para las empresas de distribuir el 5 por ciento del tiempo total de trabajo de forma flexible, y una modificacion de la “ultra-actividad” de los convenios colectivos (aplicables incluso despues de la fecha de vencimiento cuando no podia firmarse otro convenio). La nueva norma preve posibilidades de arbitraje en caso de desacuerdo entre los interlocutores sociales y exige la firma de un nuevo convenio a los 8 meses (en el caso de convenios de una vigencia prevista de dos anos) o a los 14 meses (en el caso del resto de los convenios) despues de la expiracion del convenio en vigor. Sin embargo, el Gobierno adopto esta norma tras un largo periodo infructuoso de negociaciones durante el cual los interlocutores sociales no lograron alcanzar un acuerdo.
Pero se hacen falta nuevas medidas. En primer lugar, para facilitar la transicion a una economia mas productiva. En segundo lugar, para ajustar las politicas en materia de educacion, competencias profesionales y formacion al nuevo modelo de crecimiento. En tercer lugar, para promover politicas activas de empleo al tiempo que se presta apoyo adecuado a los desempleado. En cuarto lugar, un plan de choque para mejorar las perspectivas de empleo de los jovenes. En quinto lugar, reducir la temporalidad, promoviendo la creacion de mas y mejores empleos.